Honda FT500 Ascot Street Tracker – MotoRelic. Una japonesa con un tremendo diseño, que viene desde USA con su motor monocilíndrico de 497 centímetros cúbicos, para darte toda una tracker de los años ochenta.

El resultado excepcional se ve en todas las fotos realizadas por Nubbs. Con más de 20 años de experiencia tocando la mecánica y trabajando con metales, Sean Skinner ha conseguido con su taller MotoRelic Custom Cycles, que hoy estés viendo esta moto tan brutal.

Todo empezó en su local al conseguir esta Honda FT500 Ascot de 1982, desmontar por completo toda la burra y dejando el chasis completamente desnudo. Con ello se puso a pensar en crear algo único, algo que fuese cañero para la calle y que tuviese los colores de la casa japonesa.

Si honda sacara esta moto tal cual a la venta, sería con toda seguridad un éxito en ventas. Y es que pocas marcas se han dado cuenta que la mayoría de moteros de este estilo, queremos motos limpias y simples, sin tanto plástico, electrónica, ni leches, jejeje.

Dejando un poco mi «paja mental» y siguiendo con este trabajo. Sean, ha modificado toda la moto. Comenzando con un nuevo subchasis curvado e inclinado hacia arriba, más un colín perfectamente adaptado y artesanal hecho en aluminio. Ofreciéndote un asiento al más puro estilo Flat Tracker con portanúmeros a los lados.

El tanque de combustible original desentonaba bastante con las líneas del diseño pensado. Para solucionar esto, se ha sustituido por un depósito de gasolina procedente de una Suzuki TS250. Mucho más estilizado y perfecto para este proyecto.

Continuando con los cambios, en la parte delantera se ha añadido un careto o frontal, fabricado a mano con planchas de aluminio. Con una forma cuadrada y esquinas perfectamente redondeadas; aloja a dos pequeños faros de LED circulares, obteniendo el toque tracker deseado. Además, se ha dejado el manillar bastante limpio colocando un solo mando de interruptores. Así la placa frontal pasa a ser el centro de atención.

En la suspensión, se ha trabajado para otorgar una reducción de altura, acortando las barras de la horquilla hasta 10cm para que quede más baja. También se han sustituido los amortiguadores traseros por unos mejores, regulables con botellas de gas y progresivos.

Agarre y diseño se unen para formar la nueva pareja de neumáticos, formada por unos Shinko 705, que tienen un dibujo para el rollo y ofrecen la seguridad mínima que se necesita.

En la sala de reanimación se introdujo el corazón de la bestia. Todo el motor ha sido desmontado y revisado, cambiando todas las juntas y pintando todo el exterior en un color gris tipo acero. Se ha cambiado la batería por una mucho más pequeña de litio de la marca Shorai, que se esconde bajo el asiento. Los carburadores también han sido revisados y cuenta con una carburación a punto. Y que junto con el sistema de escape, con terminal alto y cinta anticalórica de color titanio. Esta bicha tiene que sonar de escándalo.

Y para completar y bajar el telón de este espectáculo, toda la moto ha obtenido un buen baño de pintura, en el que el artista Craig Rutler, ha dado en el clavo con la elección de colores de Honda Factory Racing. Dorado en las llantas, más la combinación del blanco, azul y rojo, son todo un gustazo para tus ojos ;)

Esta Honda FT500 Ascot Street Tracker ha quedado tan bonita que a ver quien la mete por el barro ¿Tú lo harías?